viernes, 22 de octubre de 2010

Amor, vida y muerte en 80 páginas. Entrevista

Diane Broeckhoven ha escrito una novela provocadoramente breve, apenas 80 páginas en las que la protagonista femenina, Alice, repasa su vida con Jules, el marido al que se encuentra muerto en la cocina. Sólo un día que recoge la intensidad de toda una vida y que se desarrolla en el hogar conyugal. Un niño autista acompaña con su silencio en vida al personaje fallecido, testigo mudo, de un universo reducido, que cobra vida a la vez que el que hasta ese momento había sido compañero de ajedrez la pierde defintivamente. Es “Un día con Jules” (Maeva) la última jornada de un matrimonio y en esas horas Alice dispone de tiempo suficiente para repasar toda su vida.




¿De dónde viene la idea de escribir un libro como éste? 
Tuve la idea cuando me trasladé a mi país natal (Bélgica) después de haber vivido 30 años en Holanda. Fue en el año 2000. Mis padres aún vivían y estaban en activo, pero pensaba en cómo sería todo cuando uno de ellos falleciera. Creé una historia que es ficticia, pero muchas anécdotas y pequeñas historias están inspiradas en mis padres. Tres semanas después de la publicación del libro mi padre murió. ¡Él aún lo estaba leyendo! Aún tengo la sensación de que esto estaba “en el aire” y que lo materialicé en una historia, antes de que ocurriese.

Hay muy pocos personajes y la historia sucede entre las cuatro paredes de un hogar. ¿Cree que ése es el universo en el que finalmente nos desarrollamos como seres humanos?

Sí, sólo hay tres personajes: un hombre muerto, un niño autista el cual apenas habla, y una mujer anciana en su propio y pequeño mundo. No hay demasiada acción, ni tampoco conversación. Es una vuelta al centro de la vida, en el que todo ocurre. Muy minimalista, y sin embargo, ¡lo contiene todo!

En un mundo como el actual, en el que todo sucede muy deprisa y hay mucha información disponible mediante todo tipo de medios, ¿sería esta rutina y la seguridad que proporciona una manera de luchar contra tanta locura?

No creo que ésa sea una forma de luchar contra el ritmo de la vida, eso sólo ocurre en el libro. La gente mayor tiene un ritmo lento, viven su tiempo vital más lentamente. Pero creo que muchos lectores, también algunos más jóvenes, sienten añoranza cuando leen este libro: añoranza por el tiempo, y el descanso, y el amor por otra persona. Especialmente en estos últimos momentos, antes de que sea demasiado tarde. Es algo que le llega a mucha gente: compartir tiempo unos con otros.

¿Quiso regresar a los valores tradicionales con esta novela? Amor, lealtad, perdón… ¿cree que estos valores se están olvidando? 

Oh sí, todos estos valores se están olvidando un poco. No es que queramos perderlos, al contrario: los añoramos. Pero la vida pasa demasiado rápido y hay muchas otras cosas que captan nuestra atención, incluso cosas materiales.

¿Qué significa la familia en la sociedad actual? 

Creo que el concepto de familia significa “seguridad y calor”, tanto para los niños como para los ancianos. La generación de en medio quizá piensa que esto es un poco “burgués” o está pasado de moda, pero yo creo que las personas que han tenido una buena y cálida familia que los ha amado y apoyado son personas ricas.

Llama la atención la extensión de su novela, parece incluso una provocación frente a libros mucho más extensos... 

A veces me gustan los libros voluminosos, pero yo quería escribir una novela pequeña, tan corta como fuese posible. Una vuelta al núcleo de la vida, como decía antes. Quería describir el último día de la pareja de Jules y Alice juntos como un círculo que se cierra a sí mismo: el principio y el final son lo mismo, con la pequeña felicidad del aroma del café. Un libro tierno, sobre la vida, el amor y la muerte… los tres temas fundamentales en la vida de todo el mundo.

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