viernes, 22 de octubre de 2010

Casi todo Saramago

Hay atlas geográficos, sociales, hay libros de Historia... pero no suele haber escritores que tengan su propio diccionario. Eso es “José Saramago en sus palabras”, una hoja de ruta del autor, un índice biográfico, con edición de Fernando Gómez Aguilera, director de la Fundación César Manrique, que ha publicado la que fuera editorial del Nobel, Alfaguara y que destaca la relación de Saramago con la esfera pública.

El editor ha seleccionado un gran número de declaraciones del autor portugués entresacándolas de las entrevistas que concedió a lo largo de su vida. Y con ello ofrece al lector una hemeroteca personalizada en la que se puede encontrar lo que Saramago opinaba sobre la Literatura, el oficio de escritor, la muerte, Dios, la mujer, los medios de comunicación, los derechos humanos o la política. La viuda del autor, periodista y traductora de su marido, Pilar del Río, aseguró durante la presentación del libro que ella misma lo usa para consultar datos.

Así pensaba Saramago, sobre la mujer:

“Siento que las mujeres son, por regla general, mejores que los hombres. Parece que el hombre hubiese renunciado a su punto de vista varonil, seducto, y ahora no supiera muy bien cómo debería ser. La mujer, en cambio, es y, a la vez, siempre está dispuesta a ser”.
Jornal de Letras, Artes e Ideas, Lisboa nº 227, 10-16 de noviembre de 1986

Sobre el oficio de escribir:

“En mi opinión, ser escritor no consiste sólo en escribir libros, sino en mucho más: es una actitud ante la vida, una exigencia y un compromiso”.
Extra, Lisboa, 1978

Sobre los medios de comunicación:

“El periodismo contribuye a formar la realidad que le conviene, a dar la imagen que le conviene. La información que nos falta a los ciudadanos es tanta que la gente tiende a perder interés por el esfuerzo que exige comprender el mundo en el que vive”.
Única, Lisboa, 11 de octubre de 2008

Sobre la política:

“En el fondo, la globalización es un totalitarismo soft, es decir nos promete todo, nos vende su felicidad y crea necesidades que no teníamos. Es una forma de dominio político, pero los ciudadanos no se dan cuenta o no encuentran forma de reaccionar”.
El Diario Montañes, Santander, 11 de julio de 2006

Sobre la muerte:

“No sé como será la muerte. Cuando pienso que tengo, evidentemente, la edad que tengo y que no voy a vivir ochenta y cuatro años más, lo que más afecta de todo es el pensar que ya no estaré. No es el hecho en sí mismo de morir, el se acabó. Es el saber que yo ya no voy a estar. Y ese 'no voy a estar' significa que no voy a estar aquí. Que no voy a estar en ningún lugar donde esté ella (Pilar del Río). Eso, eso sí me afecta...”
Elle, Madrid, nº 264, marzo de 2007

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