viernes, 9 de abril de 2010

Tres hombres optimistas tres (...y un provocador)

Tres hombres entusiastas, tenaces y optimistas. Y a los tres les sonríen los hados del trabajo y el reconocimiento en sus diferentes vertientes. El primero, Juanjo Escribano, ingeniero informático en un periódico madrileño, acaba de publicar su primer libro de relatos: “Días” (Ediciones Antígona). Borja Vilaseca, autor de “El principito se pone la corbata” en Temas de Hoy, rebosa positividad, tanta que ha sido capaz de canalizarla en forma de libro. Y Fernando Marías, protagonista de su particular década prodigios pues en 2001 ganó el Premio Nadal (Destino) y hoy por hoy es el flamante Premio Primavera de Novela (Espasa). Entre medias el Ateneo, el Nacional, el Gran Angular...

¿Qué tienen en común los tres?. Su energía y la capacidad para trabajar después de trabajar. Con esos mimbres necesariamente tienen que llegar estos cestos. Y es que, en el caso de Marías ha sido capaz de encararse con sus fantasmas personales y doblegarlos convirtiéndolos en personajes de su novela “Todo el amor y casi toda la muerte”. Una historia, compleja, como todas las suyas, cuales muñecas rusas (audio).

Sexo, pasión, intensidad, planteamientos vitales y búsqueda del yo, son los temas desarrollados en 350 páginas que se ambientan en dos épocas distintas, con un siglo de por medio.


Y si uno suelta lastre, el otro, Juanjo Escribano, le roba tiempo al tiempo y pone en orden sus emociones, sus reflexiones, su día a día y el de otros, lo suyo y lo que ve. Retoca la realidad y el resultado es “Días” un diario emocional en el que hay un poco de todo, lo mismo que se da en la cotidianeidad, que completa con una segunda parte dedicada a relatos de terror y misterio, una plasmación, metafórica si se quiere, del miedo que mantiene vivo al ser humano y que forma parte, inexorablemente, de su vida diaria. (audio)


Escritor a media jornada, si se duplica por dos la ordinaria, porque la otra la ocupa en sus quehaceres informáticos. De ahí que sienta la necesidad de escribir, casi a diario en un ejercicio constante para que cuando llegue la inspiración, como decía el genio, le encuentre trabajando (audio).

El optimismo de Borja Vilaseca se ha manifestado en “El principito se pone la corbata” o lo que es lo mismo, la teoría del coaching llevado al principio de práctica que te facilita la lectura para después aplicarlo en la vida profesional. Porque los hay que van a psicólogos para conocerse a sí mismos y aprender a relacionarse tanto con propios como ajenos y los hay que persiguen llevarse bien con la otra vida que todos tenemos: la laboral, en la que compañeros de trabajo, jefes, subordinados, superiores, proyectos, ambiciones... conforman un universo del que salimos y entramos todos los días y en ese ir y venir hay riesgo real de dejarse parte de la esencia vital (audio)


Eso lo experimentó el propio autor y como no hay nada mejor para evitar la tentación que sumergirse en ella se puso manos a la obra y planteó un libro en el que enseña a sacarse partido en todos los ámbitos profesionales, no para llegar a ser el empleado del mes sino para no caer en la frustración y ponerse como objetivos, por ejemplo, metas racionales o saber ubicarse en el sitio adecuado (audio)


Otro escritor, que está teniendo buena acogida, es Kjell Eriksson con su novela La princesa de Burundi, publicada por JP Libros. Una de las apuestas tanto para Sant Jordi como para la Feria del Libro de Madrid y más teniendo en cuenta que en esta edición la industria editorial invitada es la nórdica. Literatura que viene del frío en primavera. El género de moda, el negro, y los autores de moda, de la Europa del Norte.


De posible presidente de Estados Unidos a toca conciencias medioambiental. Un recuento sospechoso de votos evitó que Al Gore presidiera el principal despacho de la Casa Blanca y se recicló en activista del Medio Ambiente. Su segundo libro “Nuestra elección”, nuevamente publicado en España por Gedisa (el primero fue “Una verdad incómoda”), tiene como subtítulo Un plan para resolver la crisis climática e incita al ciudadano de a pie ya no sólo a que de forma individual contribuya a la optimización de los recursos, sino a que se implique en los procesos políticos, de la forma que quiera pero que no se mantenga al margen.


El otrora político cree que otro mundo es posible, aunque suene a tópico y para ello hace un repaso exhaustivo: desde las energías de las que disponemos (sol, viento, combustibles, nuclear) hasta el uso que hacemos de ellas para desembocar en el cambio de mentalidad necesario. Y como en el anterior volumen, cuenta con una edición eminentemente visual, casi como si de un manual enciclopédico se tratara.

Divertirse aprendiendo es una obviedad tan evidente como práctica y los lectores más jóvenes son los que más oportunidades tienen para ello. Así se plantean dos de los libros que han aparecido recientemente. En “Caillou ¡cuenta conmigo!” de la Editorial Everest se propone uno de los primeros conocimientos matemáticos que se aprenden: contar hasta 10.

El modo no ha cambiado nada, se cuenta asociando cada cifra a uno o varios objetos, a modo de regla mnemotécnica, la diferencia es que ahora es un dibujo animado el que enseña desde uno de esos libros supuestamente irrompibles (en manos de un niño, eso es decir mucho). Y no es otro que Caillou, todo un fenómeno infantil.

El otro ejemplo es “El amor y la amistad” de Oscar Brenifier y Jacques Després (en SM), autor e ilustrador, respectivamente. El escritor y filósofo francés trata al niño como al ser inteligente que es, sólo que más bajito y con una mente que aprende a razonar en cuanto se le enseña. Y en este trabajo le plantea las diferentes formas de amar, desde el cariño de padres a hijos, hasta la pasión, la relación de amistad o la de pareja. Para terminar, muy dado en él, con una pregunta directa: ¿Y tú?, en referencia a lo que piensa el niño de todo lo que ha leído previamente. Fiel a su costumbre, Brenifier provoca el razonamiento como método de aprendizaje pero enmarcándolo siempre en decorados divertidos.


Hace un tiempo un colega me dijo: “¿el blog no es un poco feminista?. Y allá que fui a mirar, en ese momento, lo que había escrito en los últimos comentarios y constaté que las noticias terminaban en a, sí. No sé si en esta ocasión me dirán si es machista y constataré que efectivamente esta semana todas acaban en o y añado para mí: la coincidencia no es sospechosa de nada. [Fin de la reflexión].