miércoles, 16 de junio de 2010

La maqui del Jardín del Buen Retiro





No todos los días se conoce a una “daño colateral viva”. Esperanza Martínez es una de ellas. Es una mujer de 83 años, de expresión agradable, vivaracha, todo lo que le permite la cadera y la rodilla porque lo que no hizo la represión franquista lo ha conseguido la artrosis.

Cuando acabó la guerra se echó al monte con la resistencia. Se hizo maqui, en concreto del grupo de Levante. Desde 1949 hasta apenas tres años después, cuando la detuvieron, se convirtió en guerrillera. Y después comenzó su travesía del desierto particular: quince años encarcelada en diferentes prisiones españolas. Cuando salió le resultaba tan extraño contestar al teléfono, un timbre que de repente invadía sus sonidos, como cruzar una calle regulada por semáforo o incluso tener en sus manos un cuchillo y un tenedor que no fueran de plástico o comer en un plato que no fuera de aluminio.


Se acaba de presentar el vídeo Contra la impunidad. Ella, afortunadamente no tiene que estar ahí, sigue viva, pero también sigue persiguiendo justicia. Es parte de lo que cuenta en su libro “Guerrilleras, la ilusión de una esperanza” (La Torre Literaria). Y una se pregunta “¿guardará rencor?”. Su respuesta es clara y no deja lugar a ninguna duda (Audio: No guarda rencor).

El último sábado de feria se transformó en autora de las que firman y allí se parapetó en el interior de una caseta, encantada, sonrisa en rostro, recibiendo tanto a familiares y amigos como a curiosos que desconocían quién era aquella señora con más pinta de abuelita que de antigua guerrillera. Firmó, habló, contó su vida y reclamó, sigue reclamando justicia en forma de reconocimiento. Pide la palabra (Audio: Pide reconocimiento público).



Y la pide porque asegura que a la historia española le falta una parte por escribir, y ella la relata cuando le piden que acuda a colegios y se sorprende de lo poco que saben los estudiantes sobre esos años (Audio: Desconocimiento de estudiantes). Cuenta también que hace un par de semanas se plantaron en su casa un par de adolescentes y le hicieron una entrevista porque tenían un examen y querían completar apuntes.

Sigue en la brecha, asegura, se queja de la situación actual y cree que todavía sigue habiendo dos Españas (Audio: Necesidad de curar heridas). Los historiadores cuentan que para curar las heridas de una guerra hace falta que pasen 100 años. Si eso es así, Esperanza Martínez no llegará a verlo, así que por si acaso, ella sigue.

Merche Rodríguez (Imágenes: M.R.)

martes, 15 de junio de 2010

A vueltas con el libro

O cuando el libro en sí se convierte en protagonista. En estos días, ese objeto con el que establecemos una relación personal, es protagonista, por las ferias que se han celebrado, por los libros que se publican y por la forma de hablar de ellos. Y si eso se da las historias que cuentan pasan a un segundo plano y el protagonismo lo cobra el propio soporte.



Tres ejemplos ilustran esta reflexión. “Tocar los libros” de Jesús Marchamalo en Fórcola Ediciones, Libranda, la gran plataforma digital que acaba de presentarse y un blog, El pájaro libro, del escritor cubano Joel Franz. O lo que viene a ser lo mismo, la relación que establecemos con el libro, en el primer caso, la distribución masiva de títulos digitales para crear un público que se está formando, en el segundo y el uso de las nuevas tecnologías para hablar de libros propios y ajenos, en tercer lugar.

Si leer es una relación casi íntima, estos días ha perdido su discreción y la lectura ha estado en boca de todos. Cuenta Marchamalo que, para él, leer es viajar y muchas cosas más (Audio:qué son los libros). Dicen los editores que se han agrupado en esta gran web que incluso un niño querrá también ser usuario de la misma forma que un adulto adquiere a un contenido digital, como lo asegura Rafael Cárdenas del grupo SM (Audio:cliente infantil).

Usa también la tecnología, que ya no es nueva, Joel Franz para poner el foco sobre sus libros, perdidos en un maremagno de títulos variados que compiten entre sí. Desde su blog, ya lo hacen muchos autores, habla de sus actividades (cuenta cuentos también), de sus últimos trabajos publicados y de libros amigos que le gusta reseñar.

Pero... ¿libro electrónico o tradicional?. ¿Es necesaria la guerra?. Marchamalo opina sobre ello (Audio:opinión sobre libro electrónico), pero además cada lector, al que previamente también intentarán convencerle las instituciones para que lea, elegirá o no. El mercado toma posiciones porque el pastel a repartir es importante, siempre, claro está, que el pastel sea asequible. De momento, lo es en cuanto al contenido en sí mismo, no más de 12 euros los más caros, pero para leer en formato digital o uno se conforma con hacerlo desde su propio ordenador o compra un soporte que puede oscilar entre 200 y 800 euros.

Aún así, es un acierto para la industria editorial española estar presente en la distribución digital. Y para ello, para un gran proyecto se han acompañado de grandes cifras. A saber, dos millones de euros de inversión, 50.000 lectores potenciales para empezar, una previsión de cuota de mercado de un 5% en cuatro años, un catálogo inicial de 2000 títulos cuando arranque el 15 de julio... suma y sigue.


A ellos se une también la opinión de los Agentes Literarios (ADAL) que se presentaron formalmente como colectivo la semana pasada, aunque el grupo se creó hace cuatro años. Una de las figuras más cercanas al autor, al que representan, tramitan sus contratos de edición y asesoran, no podía permanecer en silencio ante la llegada de Libranda, y sobre todo, del mercado digital que con la nueva plataforma se hace visible. La asociación ADAL, formada por 27 miembros, se muestra receptiva y colaboradora. Y aunque cada agente negocia con sus autores cuál es el mejor camino a seguir, como todos, se encuentra a la expectativa. El lector, que también espera, lo hace ¿con curiosidad?.