lunes, 6 de febrero de 2012

Superar la muerte de un hijo


Que un libro rebase los ochenta mil ejemplares de venta con un autor novel, es todo un acontecimiento en Francia, donde acaba de ocurrir con el premiado por la primera novela El Hijo firmada por Michel Rostain.
La Sociedad Literaria Goncourt premia, desde 1903, una novela que se convierte en éxito de ventas inevitablemente. Y para ampliar su espectro patrocinador, desde 1990 instituyó el “Prix Goncourt du Premier Roman”, respaldando así a nuevos autores. 

Y este último es el otorgado a un personaje proveniente del mundo del espectáculo musical de culto, la ópera, que desde hacía tiempo coqueteaba con la literatura. En España lo edita La Esfera de los Libros.

Cuando se produce la tragedia de la muerte de su único hijo con 21 años, todo su mundo se tambalea y la vida de la familia entra en caos.
Tienen que pasar más de siete años para poder ofrecer al mundo exterior la evolución del matrimonio, narrando las peripecias desde la imaginada visión del hijo desaparecido. Él es quien cuenta todo, desde su más allá insondable.

Y eso es este libro: el relato de la descomposición de un mundo más o menos idílico, por la irrupción de una muerte inesperada, que lleva inevitablemente a recomponer todos los parámetros de una pareja desolada.

Los padres de Lion son cultos, se ocupan de trabajos en el mundo de la música y la escenografía, son gente reconocida en su ambiente social.

La tragedia los trastorna durante un tiempo, pero son capaces de superarla y de exponerla en público, con una historia escrita con temor, pudor y sufrimiento. De alguna manera exorcizan su pesar, ofreciendo a los demás un proceso duro y traumatizante, que pueda servir como una opción para salir de una crisis.

La objeción del morbo por un asunto así, quizás esté en los lectores necesitados de autoayudas o en modas manejadas por la mercadotecnia del mundo editorial.

Pero, como siempre, la última palabra la tienen los que lean el libro.

Luis Conde Martín

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